Tiene 47 años (Oliva, 1964) y lleva treinta militando en el valencianismo político de raíz fusteriana, desde que se afilió al PNPV de Burguera. Cofundador de UPV e impulsor de su evolución a Bloc, a este abogado no ejerciente, empresario practicante y pragmático confeso se le alaba en Compromís por su generosidad al repartir juego. Confía en que el 20-N la coalición consagrará la mayoría de edad recién conquistada en las urnas.
VALENCIA
Insiste en recortar gasto de la Generalitat echando a 15.000 «enchufados» a dedo. ¿Incluye en la lista a Alberto Fabra?
Es
verdad que fue impuesto por el dedazo centralista y que es más de lo
mismo, aunque con mejores formas que Camps, pero no entra en el concepto
de empleado público. Por enchufado entendemos aquel que ha accedido a
un puesto de trabajo público con una simple entrevista eludiendo el
proceso de oposiciones o concurso de méritos. Sólo en sanidad hay 42.000
colocados a dedo, más que toda la plantilla sanitaria. Nos hemos
quedado cortos. La Administración está trufada de enchufados del PP.
Tenemos casos de familiares de consellers puestos a dedo que han tenido
que dejar la plaza por sentencia judicial. La Sindicatura de Comptes
alerta sobre esa corrupción. Acaban de enchufar a cinco en el IVAJ por
la luchas entre jóvenes del PP cotinistas y rusistas. Mire, nuestros
Papas Borja inventaron el término nepotismo, por colocar a sobrinos,
pero el PP ha perfeccionado la práctica hasta aplicarla en serie y
distorsionar totalmente la Administración. El caso más paradigmático es
Canal 9.
Fabra propone pactar el nuevo modelo de Canal 9,
ERE incluido, recortes en varias áreas y mil consensos más. ¿Busca
fotos para socializar las culpas?
Compromís no es
responsable de las políticas de deterioro democrático y económico en
Canal 9, ni del deterioro de la educación o la sanidad. Por eso no nos
pondremos en esas fotos. Ahora bien, si hay unas reglas del juego
democráticas para poder hacer una oposición constructiva estamos
dispuestos a asumir las responsabilidades a las que obliga la actual
situación política y social.
El Consell tiene un plan de
ajuste de 1.800 millones. Si ese gasto es prescindible es que se ha
estado dilapidando y si no lo es, los servicios públicos peligran.
Yo,
como las familias, soy partidario del ahorro. Cuando los ingresos bajan
has de reducir gastos en lo que no es esencial. ¿Dónde recortaría? Pues
en esos 15.000 enchufados, en juergas, saraos... Además, se han de dar
incentivos a la economía productiva para que los ingresos crezcan, que
el modelo productivo pase a generar ocupación y riqueza.
Rubalcaba
urge a recaudar más vía impuestos, como el de patrimonio, y Rajoy dice
que el dinero ha de estar en manos privadas. ¿Qué modelo prefiere?
Ninguno
de los dos. Son dos caras de la misma moneda. Rubalcaba ha estado en un
Gobierno que ha incrementado las diferencias entre los muy ricos y las
clases medias. No nos puede dar ninguna lección. Yo recuperaría la
progresividad de los impuestos, cosa que no han hecho Zapatero y
Rubalcaba, que han incrementado diferencias a base de políticas
populistas. Y que el Consell renuncie al impuesto de patrimonio es una
irresponsabilidad. Soy partidario de las políticas de estímulo a
aquellos que arriesgan para fundar una empresa y contratar gente. A esos
hay que premiarlos, a los que especulan no.
El ex primer
ministro islandés, Geir H. Haarde, se enfrenta a dos años de cárcel por
su gestión en la crisis bancaria. Para los gestores de la Generalitat,
que debe 20.000 millones, o de la CAM, ¿pediría cadena perpetua?
Aquí
se les ha premiado. Al señor Camps se le ha nombrado miembro del
Consejo Jurídico Consultivo. La política se ha de adaptar al mundo real y
se han de acabar los premios partidistas a los irresponsables o
imputados. Como el señor Ripoll, que se le premia situándolo al frente
del Puerto de Alicante. He pedido al Consell que me diga quién autorizó
los préstamos que se autoconcedieron los directivos de la CAM en
condiciones ventajosas. El Consell debería personarse en la causa para
pedir responsabilidades económicas y hasta penales a los directivos de
la CAM. PP y PSOE se repartieron la asamblea de la CAM y ahora no nos
pueden dar lecciones.
Si Joan Fuster levantara la cabeza, ¿qué haría al ver la política valenciana? ¿Se suicidaría?
Diría
lo que dijo en la manifestación del 77, que hay grano y mucha paja. El
grano se está juntando en Compromís. El diseño que el centralismo ha
hecho de nuestra tierra ha sido dividirnos y enfrentarnos para acabar
expoliándonos, como nos ha pasado con las cajas. Afortunadamente cientos
de miles de valencianos que quieren serlo y esa semilla da esperanzas a
tener un País Valenciano viable.
¿Y qué pensaría al verles pactar con un partido llamado Equo?
Fuster
era de origen carlista, muy pegado a las tradiciones y creo que vería
que liga bien la sostenibilidad política de la acción local en un mundo
global con la medioambiental. Esos conceptos también quieren decir que
queremos comer bien. Fuster dijo que no lo volvieran a llevar a un mitin
para comer un bocadillo. Los conceptos de diversidad, sostenibilidad y
valencianidad juntos sería comerte un plato de paella sin transgénicos y
con productos de calidad.
El presidente de la
Generalitat, la alcaldesa de Valencia, la delegada del Gobierno y el
director de Canal 9. Ninguno dispara una en valenciano. ¿Alguna
reflexión?
Me parece preocupante porque el valenciano es de
todos y no estarían de más algunos gestos.Lingüísticamente no somos
Guadalajara ni Extremadura. La lengua nos da la identidad como pueblo,
no puede ser un elemento de confrontación política. Me preocupa que
mientras que en Cataluña por tres familias se monta la polémica y la
demagogia que se ha montado, aquí hay 150.000 jóvenes que han pedido
cursar los estudios en valenciano y la Administración no les da esa
posibilidad. Es preocupante porque prestigiar el valenciano es usarlo
habitualmente. Los valencianohablantes somos bilingües y los monolingües
suelen ser los más cerrados a avanzar hacia el plurilingüismo, que es
el futuro.
Visto ya con cierta perspectiva, ¿por qué cree
que Compromís creció tanto, por la crisis del PSPV (perdió 151.000
votos autonómicos y 54.000 en Valencia), por el 15-M, por su
ciberactivismo...?
Porque transmitimos ilusión y confianza.
Lo supimos comunicar a pie de calle. El PSOE ha perdido la calle, está
en la estratosfera. Hicimos un discurso sencillo e ilusionador que llegó
a la gente y hemos hecho un buen trabajo de equipo, desde el grupo de
las Corts a las bases, por eso conectamos. Pese a ser víctimas de la
barrera del 5%, hemos sido tenaces contra quienes querían un
bipartidismo PP-PSOE y la gente lo ha sabido valorar. La gran crisis del
PSOE es no actuar como socialdemócratas y servir a la gran banca y a
los mercados antes que a los más humildes.
¿No teme que Compromís sea una burbuja política y estalle, como la inmobiliaria?
No,
tenemos raíces fuertes, aunque habrá episodios difíciles porque somos
un organismo vivo, diverso, pero somos gente que está en política para
servir.
¿Su mérito es gobernar esa ensalada ideológica y de egos?
Mi
vanidad la tengo cubierta. Formo parte de un equipo y me gusta ser un
líder asertivo. Para liderar hay que aprovechar la inteligencia y los
valores que tienes en casa. Los líderes negados son los que matan para
que no se les haga sombra. Eso es mediocridad.
¿Se le ocurre algún ejemplo?
Más
de uno. Cuando se dirige un proyecto hay que saber que se tiene la
responsabilidad de ser depositario de la confianza de mucha gente. Y no
se puede fallar ni decepcionar por cuestiones de egos. Yo he
contribuido, con mucha gente, a que todos podamos expresarnos en este
proyecto.
La auténtica reválida serán las generales. ¿Firmaría obtener un diputado por Valencia, que sería el primero que logran?
Un
diputado sería un éxito histórico, un resultado válido. Aspiramos a lo
máximo, pero firmaría porque soy un pragmático y sería un gran éxito
porque afrontamos una campaña en la que no vamos a llenar plazas de
toros con autobuses traídos de otras comunidades y sabemos que el
bipartidismo intentará ocultarnos. Firmaría porque esta tierra se merece
alguien que vaya a Madrid a decir que esta tierra es muy distinta a la
herencia de Camps, a acabar con el desprestigio que tenemos fuera por
culpa de las políticas que se han hecho. Nos merecemos diputados que no
vayan a «pegar la cabotà».
En el Congreso, ¿con quiénes se juntarían, con CiU, sus interlocutores en Cataluña, o con los nacionalistas de izquierdas?
Convergència
es un partido catalán, que defiende los intereses de Cataluña y
nosotros valenciano. Es lógico que nos entendamos con aquellos que
comparten la visión del Estado y valores de sostenibilidad y progreso.
Opciones hay, desde la Chunta al PSM hasta Equo o el BNG. Tenemos una
relación correcta con Convergència y tenemos amigos en todos lados.
¿CiU es amiga o socia?
Los socios te los buscas en cada elección.
¿Prefiere a un independiente como Diego Gómez para cartel electoral o a un dirigente del Bloc como Melero, Chesa o Baldoví?
Todo tiene pros y contras, pero afortunadamente tenemos un banquillo muy amplio.
¿Mònica Oltra habría sido la mejor candidata a las generales?
Podría
haberlo sido, sin duda, pero asumió un compromiso al presentarse a las
autonómicas y la palabra es muy importante en política y en la vida.
Las camisetas anticorrupción de Oltra fueron las mejores vallas electorales.
Las
camisetas hicieron su papel, pero Mònica Oltra es mucho más. Ha ganado
cinco sentencias en el Constitucional contra la mayoría absoluta del PP.
Es un activo importante y una persona cargada de valores. Le doy una
nota muy alta a su actitud cívica y de denuncia, pero también
constructiva.
Ahora que la crisis ha relegado la corrupción a un segundo plano, ¿de que vivirá Compromís?
De
buscar fórmulas para regenerar y ampliar la democracia y de ofrecer
alternativas para cambiar el modelo económico valenciano hacia un modelo
productivo sostenible y verde. Por ejemplo, estamos presentando
propuestas como ayudar a empresas que fabrican ventanas de aislamiento
térmico.
El grupo de Compromís en Valencia renunció a los móviles del ayuntamiento. Dejaron en mal lugar al grupo de las Corts.
No,
no tiene ningún sentido que un concejal de Valencia cobre más que un
diputado autonómico o que tuviera coche y chófer oficial o restaurantes
pagados. Estan dando ejemplo porque consideran que su salario es
suficientemente alto como para pagarse el móvil.
¿Dónde está el linde entre iniciativas demagógicas y éticas en esto de las medidas de ahorro?
Se
ha de buscar un equilibrio. En el caso de Compromís nos lo hemos
autoimpuesto nosotros renunciando a algunas cuestiones. Donde pensamos
que tocaba, en RTVV o el ayuntamiento.
¿Y estos debates no contribuyen al descrédito de la política?
Creo que ayudan a la ejemplaridad de la política.
Las declaraciones de bienes de los diputados, además de ser material de cotilleo, ¿aportan algo?
Sinceramente,
creo que no, porque una persona que quiere ocultar un enriquecimiento
ilícito lo puede hacer de mil maneras. Se hizo como señal de
ejemplaridad pero dudo de que sea eficaz
¿Milita en Acció Cultural?
Nunca he militado. Trabajé en ACPV y con eso ya cubrí la cuota patriótica.
¿Las relaciones del Bloc con Eliseu Climent van mejor o siguen sin ir de ninguna manera?
Van
como con cualquier otra entidad. Por ejemplo, hemos pedido que se
anulen las sanciones. Eliseu ha recibido muchas subvenciones pero ha
llevado una gestión mejorable, por ejemplo en el asunto de TV3. Tan
culpable es el Consell como el Gobierno central, que ha estado un año
vetando la ILP, pero Eliseu no ha dicho nada de esto.
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada